1.- CULPABLES

Como padre de Irune, la joven de 19 años que murió arrollada por un tren de mercancías de la empresa COMSA en la estación de Areta el 05/09/2016, quiero mostrar mi opinión sobre las empresas implicadas en el arrollamiento (COMSA, ADIF, RENFE) y  el Ministerio de Fomento.

Sois culpables. No habéis tenido intención de matar pero sois culpables de la muerte de Irune.

Las leyes ferroviarias que elaboráis  las hacéis, no para proteger al ciudadano, sino para protegeros a vosotros mismos y para no asumir ninguna responsabilidad cuando ocurre algún accidente. Por eso sois culpables.

Sois culpables, vosotros, ministros de Fomento que os turnáis en vuestra inoperancia, para embarcaros en proyectos multimillonarios para mayor gloria personal, inaugurando estaciones de AVE que nadie usa y aeropuertos sin actividad, mientras dejáis apeaderos y estaciones de cercanías en condiciones tercermundistas.

Vosotros, técnicos de seguridad, que consideráis que una placa de mierda donde pone “cuidado” es una medida suficiente para proteger a los usuarios en estaciones sin visibilidad por donde pasan trenes a más de 100 kilómetros hora, y por donde tienen que cruzar obligatoriamente los viajeros para salir de la estación, también sois culpables.

Vosotros, burócratas que os negáis a hacer investigaciones en profundidad para que estos accidentes no se repitan, también sois culpables.

Todos vosotros sois culpables y lo peor de todo es que no queréis enmendar vuestros errores, lo único que os interesa es taparos las vergüenzas y llegáis a la desfachatez de que, cuando elaboráis algún tipo de investigación, es únicamente para saber cuánto dinero habéis perdido.

Sois tan miserables que ni tan siquiera consideráis la muerte de Irune en vuestra estación como un accidente grave. Tenéis la desvergüenza de calificarlo como un incidente, como si la victima fuera un animal en vez de un ser humano.

No sólo sois culpables de la muerte de Irune y de otras, sino que, con vuestro silencio cobarde y vuestra falta de comunicación, también sois culpables de aumentar el dolor que sufren  las familias por vuestro cruel ninguneo.

No tengo ninguna confianza en que cambiéis vuestra forma de actuar por voluntad propia, porque vivís muy cómodos culpando a vuestras victimas de vuestra inoperancia, pero juro por mi hija Irune que haré lo indecible para obligaros a ello aunque me cueste denuncias, dinero y salud.

Vuestra desidia y dejadez me ha  arrebatado lo que más quería y, aunque sé que sois unos gigantes con todos los medios, grandes equipos de abogados y sin ningún escrúpulo, no os tengo ningún miedo porque ya no me podéis causar más daño del que me habéis hecho.  Contaré vuestra forma de proceder ante quien me quiera escuchar y como padre que ha perdido a su única hija por vuestra culpa, quiero mostraros mi más absoluto desprecio.